Hola a todos, como ya os dije, en este blog os daré las ayudas prácticas,
os introduciré a las diosas y cómo pedir su ayuda y os responderé a preguntas
concretas.
Había que empezar con alguien y como en Santería siempre que hay que realizar algún trabajo se pide el permiso de Elegguá y se le da de comer, él será el primero.
No voy a hablaros de Santería.
Trabajaremos con diosas de todas las religiones y credos, pero me parecía lógico que él fuese el primero.
Vive en la puerta, a la entrada de la casa (ilé), en una cazuela de barro.
Le gusta comer dulces y es amante del baile.
Es chiquito y a menudo se le puede encontrar en la orilla del río, ya que es compañero de mi madre Oshún, que allí habita.
Lo ve todo, lo sabe todo y por éso avisa sobre peligros y enfermedades.
Se sincretiza en la religión católica con el Santo Niño de Atocha, El Ánima Sola y San Antonio de Padua.
Así que si muchos de los que leeis mi blog no os sentís cómodos pidiendo a un orisha del que no conocéis apenas, podéis pedirle a alguno de estos santos.
Él os ayudará a abrir el camino que necesitéis para salir adelante en un momento conflictivo.
Podréis ver muchas maneras de pedirles y pensad que "cada maestrillo tiene su librillo" así que os pido que no os cuestionéis lo que aquí os cuento.
Si queréis probad y si no, no hay problema.
Su día es el lunes y el día 3 de cada mes.
El 3 es su número.
Sus colores son el rojo y el negro juntos, representan el principio y el fín, la vida y la muerte, la apertura y el cierre.
Podéis honrarle buscando una estampa que le identifique, una cazuela de barro que pondréis detrás de la puerta de entrada a casa sobre el suelo y buscad cerca de un río, o en un monte, o en el mar, o donde quiera que tengáis cerca, una piedra más o menos grande que os llame la atención. Ponedla dentro de la cazuela.
¡¡¡¡¡Ojo!!!! Vosotros por realizar esto no tenéis entregado un elegguá, ni tenéis un camino iniciado en Santería, ni podéis hacer peticiones o trabajar, ni tenéis unos deberes contraídos por ello. Será un símbolo, una representación donde pedirle y venerarle. Un lugar al cual acudiréis para sentaros en el suelo frente a él y rezarle, pedirle que os ayude. Así en contacto con la tierra de la que todos procedemos.Nada más.
Para concentraros y pedirle le podéis presentar un platito que tenga 3 dulces, un vasito con 3 cucharadas de aguardiente, 3 granos de maiz y 3 trocitos de pan de maíz untados de mantequilla y cada uno con una cucharada de miel por encima.
Durante 3 días váis ante él, le encendéis 3 velas pequeñas de té (las blancas de los quemadores). Cada día 3 nuevas y os quedáis ante él pidiendo lo que necesitáis y explicando como os sentís. Cuando pasen esos 3 días (al cuarto, cuando os levantéis), recogéis todos los restos y los tiráis en cruce de caminos.
Sencillo, efectivo, os invita a concentraros y a entender que cuando se pide ayuda, cuando se enciende una vela, no se hace como quien se pone las zapatillas al llegar a su casa. Todo tiene un tiempo y si queremos que se nos escuche hay que esforzarse un poquito.
De vez en cuando encendedle una vela, si podéis todos los lunes y pedidle. En ocasiones le podéis llevar un juguetito, como un cochecito o pelotita pequeña y darle las gracias por aquello en lo que creáis que os ha ayudado.
Y con este primer paso os dejo hasta la próxima.
Aché.
